Hace tiempo que llevo queriendo escribir sobre este
tema y fue hará unas semanas cuando en una red social un amigo colgó que se
había hecho un test de intolerancia alimentaria y que había salido bastante
descontento con los resultados, principalmente porque era intolerante a mil y
un alimentos. Ahí supe que ya tenía tema para otra entrada en mi blog, pero de
lo que no me había dado cuenta es de que el tema del VI Carnaval de Nutrición
eran las alergias e intolerancias alimentarias, así que ya no tenía
escapatoria.
Antes de meterme de lleno en el tema de los test,
creo que es muy necesario tener claros los conceptos de intolerancia y alergia
alimentaria, porque no son lo mismo. En otro blog participante de este Carnaval
(Farmacia1896) se han explicado muy bien estos conceptos (y os
recomiendo que lo leais), así que perdonadme si hay repetición de algunas cosas
pero voy a hacer un pequeño resumen que me sirva como introducción.
Tras el consumo de alimentos podemos sufrir
reacciones adversas, éstas pueden tratarse de reacciones tóxicas y no tóxicas.
Distinguir entre ellas es fácil, tóxicas son aquellas en las que interviene una
toxina, las no tóxicas son también conocidas como hipersensibilidades
alimentarias.Es en este grupo de las no tóxicas donde están encuadradas tanto
las alergias como las intolerancias. Y os preguntaréis, ¿cuál es la diferencia
entre las dos? El sistema inmunológico. En las alergias alimentarias interviene
el sistema inmunológico mientras que en las intolerancias no. Tal es la
diferencia entre ellas que a la intolerancia alimentaria se le denomina
hipersensibilidad alimentaria no alérgica. Por lo tanto simplemente recordad
que tanto alergias como intolerancias alimentarias son reacciones adversas no
tóxicas a un determinado alimento, pero que mientras en las alergias interviene
el sistema inmunitario, en las intolerancias no.
Conociendo esta básica clasificación ya puedo
empezar a escribir sobre los test para la detección de hipersensibilidades
alimentarias (tanto alergias como intolerancias). Comenzaré primero hablando de
la detección mediante los ensayos
convencionales, los que usan en los hospitales, vamos. Tenemos varios:
1.
Pruebas
de provocación con alimentos (FoodChallenges):
En ellas, una
pequeña cantidad de alimento se administra al paciente. Este ensayo puede
realizarse doble ciego, se administran cantidades iguales de placebo y del
alimento sospechoso de ser el causante de la alergia de manera aleatoria y
controlada, ni médico ni paciente saben si lo que administran es el placebo o
el alimento. Una prueba de provocación doble ciego puede servir como
diagnóstico de hipersensibilidad. Si el test se realiza ciego simple, el medico
sabrá lo que administra mientras que el paciente no. En este caso pueden
utilizarse como herramienta de filtrado.Dentro de este tipo de pruebas a veces
se suele realizar lo que se denomina prueba de eliminación, en la que el
alimento sospechoso se elimina de la dieta durante un tiempo o solo se autoriza
a comer un determinado tipo de alimentos. Se registran los síntomas durante ese
tiempo y posteriormente se reintroduce el alimento o grupo de alimentos. Este
tipo de pruebas son largas, tediosas y requieren que se involucre un dietista
para controlar las dietas, generalmente no pueden ser consideradas como
diagnóstico único. Una prueba de provocación es lo más indicado.
2.
Pruebas
cutáneas (Skin Prick Test):
Este tipo de test se basa en la respuesta del Sistema
inmune a una serie de alérgenos que se encuentran en determinados alimentos. Como
todos ya habréis deducido, este test solo es válido para la mayoría de las
alergias. Y digo mayoría, porque existen un tipo de alergias que no pueden ser
diagnosticadas con este test, son aquellas alergias en las que no interviene la
inmunoglobulina E (IgE), un anticuerpo que se encuentra en los mamíferos. Esta
prueba consiste en colocar una pequeña cantidad del alérgeno (sustancia que
causa alergia) que se cree causante de la alergia --el alérgeno no es el
alimento en sí sino la proteína responsable de la reacción alérgica (ej.:
caseína de la leche, proteínas del pescado, etc.)—sobre la piel del paciente y
aplicar un pequeño pinchazo. Si la piel se enrojece o se hincha es que el test
ha sido positivo. Pero cuidado, esta prueba es solo moderadamente específica,
existe el riesgo de falsos positivos. Lo que quiere decir que te puede salir
una reacción cutáneasin tener alergia a ese alimento. Sin embargo, es muy
precisa en cuanto a predicción negativa, por lo que si no te ha generado
reacción es casi seguro no tendrás alergia mediada por IgE a ese alimento. Este
tipo de pruebas pueden resultar peligrosas y solo pueden llegar a servir de
diagnóstico para alergias alimentarias mediadas por la IgE, es necesario tener
un historial clínico completo del paciente.
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Skin Prick Test |
3.
Pruebas
in-vitro (Bloodtests):
Es otro test en el que solo se puede diagnosticar la
alergia alimentaria mediada por IgE. Se basa en el mismo principio que la
anterior pero esta vez lo que se analiza es la sangre del paciente, es decir,
no se analiza la reacción alérgica en el paciente sino que se analizan los
anticuerpos específicos presentes en la sangre. De nuevo es necesario un
historial clínico completo para realizar un diagnóstico, tiene una
especificidad semejante a la prueba cutánea y por lo general necesita de una
prueba de provocación con alimentos para confirmar.
4.
Prueba
del parche atópico (AtopyPatch Test):
Es un test desarrollado en los últimos años para el
diagnóstico de aquellas alergias en las que los síntomas no son inmediatos. Se
basa en la aplicación de proteínas alérgenas en la epidermis y se evalúan las
respuestas. Un estudio de Mehl y colaboradores concluyó que pese a que la capacidad predictiva de
este análisis se incrementa cuando se combina con pruebas cutáneas o in vitro,
solo demostró efectividad como sustituto de las pruebas de provocación entre el
0.5 y 14% de los pacientes del estudio. Por lo tanto, pese a que mejoran la
especificidad y sensibilidad de los test que determinan IgE, no deben
utilizarse como diagnóstico único.
5.
Test
de intolerancia a la lactosa:
Para la detección de intolerancia a la lactosa
existen dos tipos de test, por un lado
el denominado test de tolerancia y por otro el test de hidrógeno
espirado. Según varios estudios es este último el más específico y
sensible. De hecho es el que más se está utilizando en la actualidad. Consiste
en medir la cantidad de hidrógeno espirada normalmente y comparada tras la
ingesta de lactosa, un incremento de más de 20 ppm de hidrógeno sobre la
respiración normal se considera intolerancia. ¿Por qué este incremento de
hidrógeno? Porque los intolerantes a la lactosa no digieren este carbohidrato,
por lo que pasará intacto al colon donde es fermentado generando hidrógeno. En
individuos sin intolerancia, toda la lactosa se absorberá y no habrá excedente
en el colon que pueda ser fermentado.
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Producción de hidrógeno (valores medianos), en sujetos con digestión normal de lactosa (lactosa 2) y sujetos con digestión deficiente (lactosa).Cabrera-Acosta y cols (2012) |
Hasta aquí los test convencionales, para terminar veamos
ahora algunos tipos de test que nos podemos encontrar de mano de las terapias
alternativas y/o de diferentes empresas:
o Test de sangre IgG (inmunoglobulina G) o IgG4
(IgGBlood Test): Es un test que se basa en el análisis de la cantidad de anticuerpos
específicosIgG en sangre. Según aseguran los que venden estos tests, un
incremento de estos anticuerpos se genera como respuesta a una alergia o
intolerancia alimentaria. Sin embargo, la ciencia no dice lo mismo y en este artículo, este y este se ha visto que no existe relación alguna de este
tipo de anticuerpos con intolerancias o alergias. Es más, si ya en la
clasificación hemos visto que las intolerancias no interviene el sistema
inmune, es imposible que este tipo de test funcione en su diagnóstico. Estos
test son los que están más extendidos y los que se suelen ofertar en páginas de
descuentos y ciertos centros de “dietoterapia”. No quiero dar publicidad a
ninguno de estos test, así que me ahorraré el poner nombres, pero simplemente
con preguntar en qué se basa ya sabremos si pertenece a este grupo o no. Que
este test no se sostiene en evidencias científicas no es algo que solo lo haya
visto yo y unos cuantos más, es algo que viene avalado por diferentes
asociaciones y sociedades científicas por todo el mundo: American Academy of Allergy, Asthma and
Immunology (AAAAI), EuropeanAcademy of Allergology and
ClinicalImmunology (EAACI), y AustralasianSociety of
ClinicalImmunology and Allergy (ASCIA), entre otras.
o
Test
leucocitotóxico o citotóxico: Bastante popular allá por los años 50, se
denominaba Test de Bryan. Aduce basarse en el cambio de la forma de los
glóbulos blancos al establecer contacto con un alérgeno. Lo primero que se
puede decir en contra de este test es que está totalmente sesgado a la
percepción del médico o persona que realice el ensayo como muy bien demostró este artículo y este, en los que también se llegó a la conclusión de
inconsistencia en los resultados, sin base teórica ni estandarización. Dentro
de este grupo de test se puso de moda hace unos años el test ALCAT (acrónimo de
AntigenLeukocyteCellularAntibody
Test) que no es sino el test de Bryan con alguna modificación. Este test de
nuevo ha sido rechazado por diversos autores y sociedades científicas por
carecer de rigor científico y por los estudios anecdóticos y controvertidos que
dicen avalar el test. Pese a todo ello existen algunos médicos que realizan
este tipo de análisis y aunque su uso se haya aprobado en algunos países, no
quiere decir que su eficacia esté demostrada (porque no lo está).
o Quinesiología: Se basa en que algunos alimentos
causan un desequilibrio energético en el cuerpo, que puede ser detectado
evaluando la respuesta del músculo. El ensayo es tan ridículo como sostener en
una mano un alimento encerrado en un tubo mientras el quinesiólogo evalúa la
fuerza en el otro brazo. Por supuesto se ha demostrado que este método no es
más fiable que el propio azar (aquí y aquí, entre otros).
o Test electrodérmico o VEGA: Basado en la falsa teoría
de que una hipersensibilidad alimentaria causa un desajuste en la resistencia
eléctrica de la piel. Existen estudios como el de McEvoy y colaboradores que demostraron su inefectividad incluso para
distinguir entre pacientes con y sin alergia y entre alérgenos y controles
negativos.
o Análisis de pelo: Pese a que es efectivo en el
análisis de drogas y diversos metales pesados, en el campo de las alergias e
intolerancias carece de toda base científica y validez. Desaconsejado por diversas
sociedades científicas y autoridades sanitarias.
o Test del pulso: Mide la respuesta cardiaca antes y
después de consumir un alimento sospechoso de causar intolerancia alimentaria,
un incremento de 10 latidos por segundo dicen confirmar la intolerancia. De
nuevo no existe base científica tras este razonamiento, desaconsejado por
diversas sociedades científicas y autoridades sanitarias.
Referencias:
Me ha gustado mucho y tengo una pregunta ¿Hay algo para detectar problemas con la fructosa? No me refiero a alergia si no más bien a esa gente que se come una mandarina y se descompone (I love mum)
ResponderEliminarPerdona por tardar tanto en contestar, dejé olvidado el blog y ahora lo he vuelto a retomar. ¿te refieres a aquellas personas que cuando consumen un alimento rico en fructosa sufren de diarreas, nauseas, etc? En este caso puede ser o por intolerancia hereditaria a la fructosa o por malabsorción de la fructosa. En el primer caso es crónica y se detecta a edad temprana, en el segundo puede ser reversible y se detecta mediante test de hidrógeno expirado.
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